Nativa del Mediterráneo, aquí, en esta zona, si no se la
controla puede resultar invasiva, pero viene bien tenerla a mano por sus
propiedades culinarias y curativas.
Pertenece a la familia de las umbelíferas y es la única especie
de su género.
Es una planta vivaz, de raíz lignosa y porte erecto que
puede alcanzar los 2m de altura. Las hojas están muy divididas en delgadas
lacinias, como agujas pero suaves. Las flores, reunidas en umbelas, son de
color amarillo y el fruto es ovoide con estrías.
Se puede confundir con el eneldo, que también es medicinal y
comestible por lo que no hay peligro; se diferencian entre otras cosas por el
olor, que el del hinojo es muy fuerte y característico y el del eneldo es más
suave y soso.
Tanto la raíz como las hojas y los frutos, se utilizan
ampliamente en la gastronomía española.
Entre sus numerosos componentes se encuentran: los
aminoácidos alanina, arginina y histidina; los ácidos ascórbico, aspártico, glutamínico,
fólico, linoleico y oleico; bastantes minerales ( Ca, Fe, Mg, P, K, Zn, Co, Mn)
; todos muy importantes para nuestro
organismo.
Por ello tiene muchas virtudes terapéuticas, es carminativa,
tónica, estomacal y digestiva (favorece la digestión y disminuye las
flatulencias), diurética, expectorante y antitusiva, antioxidante, atianémica,
emenagoga, disminuye el colesterol. En uso externo alivia los ojos irritados,
la conjuntivitis y los orzuelos, también combate la halitosis.
También es utilizado en perfumería por su alto contenido en
esencias.