Copitos de nieve o bolitas de algodón, literalmente esa es
la sensación que me produce cuando
lo veo; me encanta este trébol, porque además de no afectarle las siegas, al contrario, se pega
aún más al suelo cubriendo mas superficie, es una de las últimas plantas en
resistir la sequía estival.
Especie anual de la familia de las Leguminosas, gusta de
climas suaves, prospera en climas mediterráneos y tropicales.
Su sistema radicular está
muy ramificado; también el tallo está
muy ramificado desde la base y no suele sobrepasar los 20cm. de altura. Estas 2
características la convierten en una planta que goza de todo mi aprecio: sus
raíces ayudan a estabilizar el suelo contra la erosión, mejorar su estructura y
fijar el Nitrógeno (como toda leguminosa que se precie), y la parte aérea, al
estar muy ramificada y bastante pegada al suelo resulta una eficaz cobertora
que lo protege de la deshidratación por vientos y radiación solar.
Sus hojas, claro está, son trifoliadas. Tiene pequeñas
inflorescencias de color rosa y su cálices, después de la floración, se hinchan
como un globo esférico blanquecino y peludo muy característico y evocador.
Descubrir hoy esta planta tan maravillosa y me enamore al instante. Maravillas de la madre naturaleza.
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